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En la continua lucha por la igualdad racial y la integridad educativa, las recientes medidas adoptadas por el Consejo de Educación de Florida son profundamente preocupantes, como defensora de los derechos civiles, como abogada y como madre negra. La aprobación de un nuevo conjunto de normas que hacen retroceder el reloj reescribiendo la historia negra en las escuelas públicas del estado es un paso cataclísmico en la dirección equivocada. Estos cambios no sólo ponen en peligro la educación de los estudiantes, sino que perpetúan narrativas ofensivas, en particular para los descendientes de esclavos.

En un momento en que estados como California están dando pasos hacia las reparaciones, el intento de Florida de falsificar los registros históricos es alarmante. Las nuevas normas parecen ocultar el carácter forzoso del trabajo soportado por los africanos esclavizados y perpetúan una versión distorsionada de la historia estadounidense. La Teoría Crítica de la Raza, que pretende analizar el racismo sistémico, ha sido objeto de ataques en los últimos tiempos, lo que nos ha llevado a un punto de inflexión en nuestra historia.

El rechazo por parte del Consejo de Educación de Florida de un curso de estudios afroamericanos de nivel avanzado para estudiantes de secundaria, alegando que carecía de valor educativo, es un claro indicio de su falta de voluntad para reconocer y afrontar toda la verdad de la historia estadounidense. Al hacerlo, niegan a los estudiantes la oportunidad de comprender las arraigadas injusticias a las que se han enfrentado los afroamericanos a lo largo de la historia.

Además, los nuevos estándares incluyen instrucciones para los alumnos de secundaria que sugieren que los esclavos desarrollaron habilidades para su beneficio personal. Este tipo de enfoque revisionista ignora la dolorosa realidad de la esclavitud y las horrendas condiciones en las que vivían y trabajaban los africanos esclavizados. Tal narrativa minimiza las atrocidades de la esclavitud y socava la lucha por los derechos civiles y la justicia racial.

Además, cuando se enseñan sucesos como la masacre de Ocoee de 1920 u otras masacres por motivos raciales, las nuevas normas exigen que la instrucción incluya "actos de violencia perpetrados contra y por afroamericanos". Aunque reconocer estas atrocidades es importante, enmarcar el debate de esta manera puede perpetuar inadvertidamente estereotipos y reforzar prejuicios perjudiciales.

La Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP) condena con razón estas nuevas normas, abogando por la enseñanza de la verdad, la justicia y la equidad por las que lucharon nuestros antepasados. Es esencial reconocer que los horrores de la esclavitud y de Jim Crow fueron violaciones de los derechos humanos y representan algunos de los periodos más oscuros de la historia estadounidense.

Los partidarios de estos cambios argumentan que incorporan todos los aspectos de la historia afroamericana, incluidos lo bueno, lo malo y lo feo. Sin embargo, este argumento es erróneo. Ofrecer una historia completa no debería implicar blanquear el pasado ni ignorar las inmensas luchas a las que se enfrentan las comunidades marginadas. Por el contrario, debemos abordar la historia con matices y honestidad, reconociendo tanto los logros como las injusticias.

La Asociación de Educación de Florida, que representa a los profesores de todo el estado, califica con razón estas nuevas normas de flaco favor a los estudiantes. La educación debe dotar a las mentes jóvenes de una imagen completa y honesta de nuestro pasado, que les permita construir un futuro mejor. Al borrar aspectos importantes de la historia, la junta está privando a los estudiantes de una educación de primera clase que promueva la comprensión, la compasión y la unidad.

En un momento en que nuestro país se enfrenta a su legado de discriminación racial e injusticia, es esencial que afrontemos nuestra historia con valentía y honestidad. Los intentos de revisar la historia para adaptarla a un programa político concreto no hacen sino ahondar las divisiones y obstaculizar el avance hacia una sociedad más integradora.

Florida debe reconsiderar estos peligrosos y ofensivos cambios en sus estándares educativos. Como nación, debemos asegurarnos de que nuestros estudiantes estén equipados con el conocimiento y la comprensión necesarios para construir un futuro mejor y más equitativo para todos. Esto sólo puede lograrse enseñando la verdad sin ambages de la historia estadounidense y reconociendo las contribuciones, las luchas y la resistencia de los afroamericanos y otras comunidades marginadas. No repitamos los errores del pasado, aprendamos de ellos y luchemos por un futuro mejor y más justo.

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Areva Martines la experta, presentadora y comentarista estadounidense sobre temas jurídicos, políticos, de la mujer, la infancia y los famosos. Es fundadora y presidenta de Red de Necesidades Especialesuna organización de base sin ánimo de lucro que responde a las comunidades desfavorecidas.