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El pasado viernes, el mundo perdió a una de las mujeres más icónicas, inspiradoras y motivadoras que hemos conocido: la jueza Ruth Bader Ginsburg. Fervorosa defensora de los derechos civiles y auténtica visionaria de la igualdad de género, la difunta juez Ginsburg fue una mujer adelantada a su tiempo. Consolidándose en la historia de este país como la voz de la "disidencia" en nuestro Tribunal Supremo, fue la voz de los sin voz. Defendió el derecho de las mujeres a tomar sus propias decisiones en materia de derechos reproductivos, el derecho de los homosexuales a contraer matrimonio y el derecho de los discapacitados a vivir en sus propias comunidades. Defensora intrépida del derecho de voto, de la igualdad salarial de las mujeres y del Estado de Derecho, su impacto en el sistema jurídico estadounidense es incalculable.

La Red de Necesidades Especiales está eternamente agradecida a la jueza Ginsburg por su histórica decisión en el caso Olmstead contra LC, una de las decisiones más importantes en materia de derechos civiles para las personas con discapacidad en la historia de nuestro país. Esta decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de 1999, basada en la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, sostuvo que las personas con discapacidad tienen un derecho cualificado a recibir apoyos y servicios financiados por el Estado en la comunidad y no en instituciones. Gracias a esta decisión, y a la visión y valentía de la juez Ginsburg, millones de personas con discapacidad viven ahora cómodamente en sus propias comunidades.

¡Gracias, RBG!

Que descanses en el poder.

Areva Martin